sábado, 11 de julio de 2009

ALCALDE NO ELECTO - CONCEJAL NO ELECTO

El sistema democrático encuentra uno de sus pilares entre otras cosas en el respeto a la legalidad, de tal manera que cualquier actuación política que se enmarque dentro de la ley debe en principio considerarse como válida desde el punto de vista democrático. Porque las leyes encuentran su apoyo en el poder legislativo elegido por los ciudadanos. Es un debate interesante y profundo que ha dado lugar a grandes aportaciones de pensadores políticos y filósofos del Derecho desde hace muchos años.
En este sentido, que un Alcalde pueda llegar a ostentar su cargo, el de máxima representación de los ciudadanos, sin que los ciudadanos le hayan votado directamente para ello, debe considerarse como un acto democrático porque la ley preve esa posibilidad. Al Alcalde lo elijen los concejales no los ciudadanos, de ahí tal posibilidad. Pero aquí el debate inicialmente planteado es legitimo que se produzca, y hay quien pueda considerar que ese es un acto que aunque democrático, porque es legal, adolece de un déficit de legitimación popular indudable.
Esto es lo que ha ocurrido en mi querido municipio de La Laguna, en el que la candidata por Coalición Canaria, y anterior Alcaldesa, Ana Oramas, concurrió a las elecciones de 2007 para renovar su cargo, y pedir una margen de apoyo popular para gobernar con tranquilidad. Posteriormente concurrió a las elecciones como cabeza de lista al Congreso de los Diputados, y posteriormente abandonó la Alcaldía dejando en su lugar al actual Alcalde, Don Fernando Clavijo, quien no había concurrido a las elecciones para ello.
Algunos dentro de su propio partido, como Dulce Xerach, nos desvelarían a todos que esto estaba previamente diseñado y planificado incluso antes de las elecciones de 2007. Reflexión para quien votó a CC en esas elecciones.
Pero, la elección de un Alcalde no votado para ello por los ciudadanos se produjo, y con los votos que muchos laguneros y laguneras dieron a Ana Oramas, se convirtió en Alcalde, Fernando Clavijo. Un alcalde " no electo ", en el sentido explicado. Desde ese entonces el Ayuntamiento de La Laguna, no arranca, está paralizado y la gestión se ha visto claramente resentida. El desgobierno y el descontrol es total. Los cambios en el equipo de Gobierno han sido continuos. Tres concejales de Comercio, dos de urbanismo, dos de vías y obras, dos cultura, tres de fiestas, etc....., todo ello en menos de dos años de mandato y con una mayoría absoluta cómoda.
Meses después el Alcalde no electo, hace uso por primera vez en la historia de Canarias, de una facultad que le concede la Ley de Grandes Ciudades, nombrar a un ciudadano que tampoco concurrió a las elecciones municipales, concejal no electo. Democrático porque es legal. Pero con un déficit popular importante. Seguramente además, La Laguna tiene otras prioridades más importantes que designar a un concejal no electo para el área de fiestas.
Lo dicho, CC le ha cogido gusto a eso de ocupar cargos en la institución sin que los ciudadanos les hayan votado para ello.