La Laguna es una ciudad universitaria, y por tanto con una población joven muy importante. En cualquier municipio universitario se genera siempre una gran actividad de ocio nocturno. Los que hemos sido universitarios lo sabemos. Estamos como locos que llegara el viernes o el sábado para salir a divertirte. Es natural e inevitable.
Como consecuencia de esto en todas las ciudades universitarias, y La Laguna no es una excepción, se generan zonas de ocio nocturno en donde dar oferta a esa demanda de diversión. En La Laguna ese ocio se ha concentrado en lo que todos conocemos con un nombre tan horrible como el " cuadrilátero ". Sólo con este nombre con reminiscencias pugilísticas la cosa ya de entrada no pinta bien. Empiezo por proponer cambiarle el nombre. Se aceptan propuestas.
Todos los fines de semana, o más bien desde el Jueves, la manzana del ocio nocturno se llena de personas en busca de los locales de copas y diversión. Y he aquí en donde ese derecho al ocio y a la diversión se choca con el derecho a vivir y a descansar de los vecinos de la zona. Connivencia difícil entra ambos. No hay formulas mágicas. En todas las ciudades universitarias pasa lo mismo, y en todas se generan problemas. Pero quedarse de brazos cruzados es aun peor sobre todo desde la administración que debe velar por tratar de poner medios para resolverlo. En este caso el Ayuntamiento.
En mi modesta opinión se trata de establecer unas reglas de juego, concensuadas entre vecinos, empresarios y administración. Y me consta la buena voluntad de los empresarios y su disposición a colaborar en ello. Pero el Ayuntamiento tiene que hacer su trabajo.
La Laguna no tiene ordenanza contra el ruido. En mi opinión la base para sentar las reglas del juego. Es increíble que siga sin aprobarse, auque la razón en mi opinión está más en la incapacidad de los gobernantes de La Laguna de hacerla luego cumplir. Sólo un ejemplo, la Policía Local sólo tiene un medidor de niveles de ruido, y en ocasiones, sólo dos policias disponibles durantes horas nocturnas los fines de semana. Así es muy complicado.
Se de cientos de familias deseperadas porque no pueden descansar los fines de semana. Algo terrible que solo saben quienes lo sufren y que al día siguiente deben levantarse a trabajar, o simplemente quieren descansar después de una dura semana de trabajo.
Consenso entre empresarios y vecinos.
Ordenanza reguladora y medios para cumplirla.
Esa es mi propuesta.
