martes, 16 de diciembre de 2008


MIEDO A LA DEMOCRACIA.

45.000 canarios y canarias decidieron libremente dar su apoyo a una iniciativa legislativa popular auspiciada por una organización ecologista de nombre BEN MAGEC, y le solicitaron a su Parlamento que los tomara en consideración. Y así fue como, entre encorbatados y rígidos parlamentarios, entró un poquito de aire fresco en la cámara y se escuchó la voz de aquellos que no estando representados como partido en ese foro, tienen todo el derecho del mundo a ser escuchados por los que legal y legítimamente representan a los canarios y canarias. Pero la paradoja se produce cuando un Gobierno formado por partidos perdedores, al amparo de las posibilidades que la ley les brinda de seguir cuatro años más dirigiendo los intereses de la política de Canarias, impiden que la democracia se abra paso. Sistema democrático que permite una alianza de perdedores, perdedores que impiden que se abra paso la democracia.

viernes, 12 de diciembre de 2008

EL DISPUTADO VOTO DEL SENADOR ALARCO


Las contradicciones en política son quizá el peor de los pecados que un responsable público puede cometer, porque le hacen aparecer ante los ciudadanos como alguien capaz de cambiar sus discursos, o sus ideas, según las circunstancias del momento, lo cual hace que se pierda credibilidad. No digo que un político no pueda cambiar de idea, el inmovilismo no es bueno, pero cuando el cambio de parecer se produce por una estrategia política, el resultado es la pérdida de credibilidad. Y en política ser creíble lo es todo. Al menos para mi.

El senador Antonio Alarcó, del Partido Popular, ha protagonizado uno de los episodios más lamentables de los últimos tiempos en lo que respecta a contradicción política. Hace unos tres años, cuando la tramitación del Estatut de Cataluña alcanzaba su máxima temperatura parlamentaria, sostuve con el señor Alarcó varios debates radiofónicos en los que, habláramos de lo que habláramos, terminaba refiriéndose al Estatut y aprovechaba para repetir las incendiarias consignas que desde el PP se lanzaban en aquellos días. "Zapatero vende España", "España se rompe", etc. Tres años después, los españoles y las españolas le volvieron a dar el triunfo al PSOE, y el PP sigue en la oposición. Así son las cosas.

Tres años después, el señor Alarcó, y el resto de senadores y senadoras del PP, han votado a favor de un veto de ERC a los Presupuesto Generales del Estado, basado en el supuesto incumplimiento del Gobierno de España con el Estatut de Cataluña. Conviene no perder de vista que el PP tiene pendiente un recurso contra el Estatut en el Constitucional y la guerra habida en la elección de los miembros del TC con este recurso de telón de fondo.

Pues bien, el veto prosperó para el regocijo partidista y miope de los senadores del PP, incluido el señor Alarcó. Pero como efecto colateral se llevó por delante importantes enmiendas al Proyecto de Presupuestos Generales del Estado que suponían el incremento de grandes partidas para Canarias y especialmente para Tenerife, isla de la que además es vicepresidente del Cabildo. Entre otras, se llevó por delante una enmienda consensuada entre las distintas fuerzas políticas, fruto del trabajo en el Senado de varios senadores y senadoras Canarias de distintos partidos, que suponía un incremento de un millón y medio de euros para las obras de rehabilitación de la Catedral de La Laguna. Lamentable.
Lo peor del caso es que el señor Alarcó lleva meses despotricando contra el Gobierno de España y contra el PSOE por la falta de asignación presupuestaria para la Catedral. Debemos recordar que definitivamente el tema técnico se resolvió para satisfacción de todos, menos para los del PP, que me parece hubieran preferido que la Catedral siguiera cerrada si así podían sacar unos votitos en La Laguna, porque llevan meses haciendo política de vía estrecha con ello mientras otros se dedicaban a resolver el problema. Actitud por otra parte coherente con alguien que vota un veto a los presupuestos presentado por ERC en contra de los intereses de Canarias sólo para desgastar al Gobierno de Zapatero. Y cuando el tema presupuestario también se había encarrilado, pues resulta que va el PP, y vota en contra. Así son las cosas.

domingo, 23 de noviembre de 2008

EL ADIOS DE ANA ORAMAS.




EL ADIOS DE ANA ORAMAS.

Han transcurrido ya algunos días desde que Ana Oramas nos sorprendió a todos renunciando al cargo de alcaldesa de La Laguna. Ya se ha elegido a nuevo alcalde en virtud de la mayoría absoluta que CC obtuvo en las elecciones de hace un año y medio. Por eso es el momento de hacer una lectura de esa decisión, lejos del tiovivo de declaraciones hechas en los días siguientes y del lógico carrusel mediático que se puso en marcha alrededor de la noticia.

Ana Oramas se convirtió en alcaldesa de La Laguna sin haber ganado las elecciones en 1999, fruto de un pacto con el PP que se prolongó hasta mayo de 2007, y se ha marchado después de haberlas ganado con mayoría absoluta. Son las paradojas políticas que pueden darse en nuestro sistema electoral. Todo legal, y dentro del marco que las normas electorales permiten. Pero ello no puede impedir que algunos hagamos ciertas valoraciones políticas de estas decisiones, tan trascendentales para el pueblo de La Laguna. Sin estridencias, sin alboroto, pero dejando por escrito nuestro parecer, con serenidad pero con contundencia, para que así quede clara nuestra posición, no reñida con el respeto personal que nos pueda merecer la ex alcaldesa.

La Laguna, como otros municipios, ha vivido una década de buenas cifras económicas, derivadas fundamentalmente del buen ritmo de la recaudación de los impuestos municipales, de las subidas continuadas de algunos tributos, y de las transferencias de capital que se obtenían de otras administraciones. En ese tiempo, Ana Oramas administró las arcas municipales con comodidad, a las que ingresaron, recien entrada en el cargo, los fondos del Plan Urban, conseguidos por La Laguna por otra Corporación, la de Eldfidio Alonso, y que requerían como condición para su obtención por la UE la unanimidad de todas las fuerzas políticas.

Durante sus nueve años al frente de la Corporación por tanto, Ana Oramas, no tuvo que afrontar situaciones muy complejas en lo que a la situación financiera del Ayuntamiento se refiere. Fueron días de vino y rosas en lo económico. En ese escenario, Coalición Canaria deplegó una estrategía política con la finalidad de consolidar su poder tras haber perdido las elecciones, y evitar mediante un pacto que Santiago Pérez se convirtiera en alcalde, estrategia consistente en un incremento enorme del gasto en el cápítulo de fiestas los primeros años, y luego en inversiones importantes, aunque de discutible utilidad social. Un dato: en La Laguna tras la era Oramas, sigue habiendo 25.000 personas viviendo en el umbral de la pobreza. Para desarrollar esa estrategia, no bastaba sólo con las cantidades ordinarias provenientes de la recaudación de los impuestos y de las transferencias de otras administraciones. Ana Oramas decidió entonces endeudar el Ayuntamiento llevándolo a límites hasta entonces desconocidos en La Laguna. Hasta 54 millones de euros, a devolver en diez años, a los que luego se añadieron los 9 millones que en 2007 se solicitaron para afrontar la situación derivada del cierre del mercado municipal. Aproximadamente hasta el 2017 no se terminará de saldar toda esa deuda. Esto quiere decir que hasta la Corporación que salga de las urnas en el 2015 deberá estar haciendo frente a la herencia de Oramas, al pago de su estrategía política.

Dicho todo esto, lo que no parece muy aceptable, aunque posible dadas las normas electorales, es que quien durante ocho años ha gobernado sin tener mayoría absoluta, y tras ocho años de pedirla, una vez obtenida, una vez que los ciudadanos le han depositado la confianza pedida, abandone sus responsabilidades municipales justo en el momento en el que la cosa se pone fea. Personalmente siempre creí que Oramas optaría por el Ayuntamiento y no por el Congreso de los Diputados, entre otras cosas porque ésta última elección no la ganó ni siquiera en su municipio, donde obtuvo menos votos que el PSOE, que fue primera fuerza.

Ahora el horizonte económico no es el mejor. El Ayuntamiento de La Laguna, como otros, se va a enfrentar a un año duro, de restricciones económicas complicadas, con una previsible reducción en la recaudación y en los ingresos provenientes de otras administraciones. Todo ello con un más que previsible aumento de las demandas sociales. Y justo cuando llegan las vacas flacas, Ana Oramas le dice adiós a La Laguna, provoca una crisis de gobierno, un cambio de alcalde y una reestructuracion de las áreas municipales, justo semanas antes de que el pleno municipal deba aprobar el presupuesto para el año 2009, el primer presupuesto restrictivo de los últimos años. Creo personalmente que este panorama tiene mucho más que ver con su decisión de irse que cualquier otra cosa. Ana Oramas no ha querido cargar con el posible coste que le supondría, en el mejor momento de su carrera política, la impopularidad de tener que ejecutar los inevitables recortes que todos los ayuntamientos van a tener que realizar, y además hacerle frente a un endeudamiento provocado por ella misma, que va a estrechar más el margen de maniobra del gobierno municipal. Creo que era el momento de quedarse a las duras despúes de años a las maduras. Al fin y al cabo Oramas le debe lo que es al esfuerzo de todos los laguneros. Estos se merecían que no tirase el timón que legitimamente le dieron hace un año y medio en las urnas.