domingo, 20 de mayo de 2012

El Mar





No concibo el mar que me rodea como una prisión de agua que me encierra en mi universo isleño, sino como una ventana azul para asomarme al mundo.


Si cierro los ojos frente a la orilla, la brisa me trae olores de otros pueblos de mar. Distingo puertos, espumas y atardeceres.


Cierro los ojos frente a la orilla y noto la mano cálida de un niño que aferra a la mía. El mar se refleja en sus ojos y él mira al mundo.



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